Erase una vez un niño que se compró unas zapatillas. El se llamaba Roberto y le encantaba el baloncesto. Roberto era rubio con los ojos negros y muy bajito. Esas zapatillas no le gustaban por que eran muy grandes. Un día descubrió que hablaban y se pusieron a hablar:
-Hola , me llamo Roberto.
-Hola, yo me llamo Zapi.
Roberto le pregunto:
_ Además de hablar ¿Qué sabes hacer?
_Se volar y correr muy deprisa.
_ ¡Genial, así ganaremos todos los partidos!
_No te creas.
_ ¿Por qué?
_Porque para que vuele y corra muy deprisa me tienes que cuidar.
_Porque para que vuele y corra muy deprisa me tienes que cuidar.
_ ¿Cuidarte?
_Si, cuidarme: limpiarme tratarme bien…
_ Vale.
Entonces Roberto ganó todos los partidos y Zapi consiguió que la tratara bien. Pero un día se rompió un trozo de Zapi y Roberto empezó a llorar.
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